tus ojos estaban hechos de un irresistible y dulce
chocolate,
endulzarían al más retorcido y seco ser andante que cruzara una mirada con ellos,
porque no podría seguir caminando sin desear probarlos,
cruzar la estrecha línea que los guarda en tí,
y ver el mundo de dulce color
chocolate contigo.
pero su mirada se perdía en sus manos, o como muy lejos, en el suelo.
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